Lemanía rota - Nitta

No se habia aparecido en la escuela más que solo dos días, aún ante la cordura e insistencia de Rire, no podía ante la terquedad de su compañero. El muchacho tenía solo en mente dos cosas, estudiar el trabajo de su padre, y buscar la manera de que tanta información sin conexión la tuviera; el de Rire era sacarlo de esas ideas y hacer que fuera un chico productivo… cosa que no habia logrado en todo ese tiempo.
Caminaba aunque sin poner atención donde pisaba, Rire sobrevolando bajo lo seguía en su forma más habitual, la de un águila pescadora,
-Deberías mirar adelante…- repetía hasta el cansancio con voz razonable y tranquila el ave, Adler solo murmuraba sin hacerle caso los escritos que habia logrado sacar de la biblioteca, donde guardaban los periódicos viejos en una pequeña sección – Adler… por favor hazme caso- seguía intentando,
- Es muy curioso- dijo al fin mirando su pequeño cuaderno lleno de sus letras- no hay periódicos sobre el incendio ni nada de eso- bajó algunos escalones y Rire se acercó intrigada,
-¿A qué te refieres?-
- desde que nuestro nuevo y amado Caldox…-al escuchar ese nombre tan claramente Rire quiso callarlo pero era tarde-…esta en el poder, la biblioteca ya no tiene mucha información sobre nada- El nombre de Caldox no le provocaba ni miedo, ni respeto, ni absolutamente nada. Al llegar al parque había rostros muy bien conocidos.

(si entendi que todos... pero, nada que una pequeña editada no pueda arreglar)

(NOTA: solo quedaron los amigos, no está toda Berlín ahí n.nU Lo siento si se entendió así)


Alba había estado en su casa un tanto triste pues, finalmente su padre la había obligado a esconder todo lo que hasta entonces había repetido una y otra vez sin cesar. Durante todos esos días, había seguido yendo a clase pero, sabía que ya nada era igual cuando entraba en una iglesia le parecía estar traicionando a su fé pero, era algo que no podía evitar.

Luego de esconderlo todo, se había abrazado a su padre y había soltado algunas tímidas lágrimas que él había enjuagado delicadamente mientras se hacía evidente una cosa. Alba ya era adulta pues Nizu ya no había cambiado más de forma y se había quedado en ratón. Aquello también había sumido a la niña en un pequeño mutismo y decadencia aunque, para animarla, Nizu continuaba llamándola Ada.

Media hora antes de la hora acordada, había cogido su tranvia y finalmente había llegado a la plaza donde tenía que verse con todos sus amigos. ¿Estarían ahí todos? Eso esperaba necesitaba contarles tantas cosas, tantas... Finalmente se levantó al ver acercarse a Adler junto a Rire y, corriendo, se acercó a él abrazándole.

-¿Es tan necesario que llegues temprano? No me estás haciendo nada bien...- Aunque no era normal que Nikau se quejara, la actitud de Hikaru no le daba demasiada opción.
-Por favor, si somos la misma persona, no puedo estar pesandote tanto. Además, si es necesario llegar temprano, en especieal siendo una "Nueva persona", y no hay nada más rápido que un gran felino- Ciertamente, se sentía de tan buen humor esa mañana, que sus comentarios eran vagos e irónicos sin que incluso se diera cuenta. No tardarían demasiado en llegar estando montada sobre un Puma, y el solo pensar en ver a sus amigos, los que seguían viviendo en su ciudad, la hacía sentirse ansiosa. Después de todo, no los veía hacía tiempo, ya que había empleado demasiado tiempo en su cambio de vida como para incluso ir al colegio.

Estar siempre solo y no tener tratos con la mayoría de sus compañeros de clase, no le permitían estar relacionado con muestras afectivas, así que no pudo evitar un muy leve sonrojo, Rire había cambiado sin querer en una enorme Osa también, y calló con cuidado al piso,
- Buenas Tardes- le saludó guardando sus cosas, miró después a Nizu y le dedicó un sonrisa saludándolo individualmente –Parece aún temprano- quiso continuar. Rire se acercó pero terminó recostándose en el pasto, no entendía el porqué simplemente aún no podía dejar de tomar diversas formas a la edad de Adler, aunque su compañero no parecía darse cuenta.
El chico había caminado todo el tiempo, así que se sintió mucho mejor al sentarse en la banca cercana y dejar que el viento lo refrescara,
- ¿llevas mucho tiempo esperando?- Quitó de los hombros el bolso, parecía lleno de cosas y posiblemente como siempre, cosas poco comunes y frascos con raros contenidos. Antes de llegar había estado en la biblioteca, y no tenía una noción completa del tiempo, estaba tranquilo de que solo ellos habían llegado porqué solía ser impuntual o descuidado con su organización.

-No, para nada.-Le sonrió, aunque era una mueca triste de lo que antes era su sonrisa más pura.-Es más, casi acabo de llegar desde mi casa así que...-se encogió de hombros y miró a Adler y luego a Rire. -Que extraño, ¿todavía cambia?-le preguntó con un tono parecido a los celos pero lo estaba asumiendo poco a poco. Ese tonillo, le valió un poco de recriminación de Nizu pero, no se quejó. Ella lo sentía de esa forma y no podía hacer nada para cambiarlo.

-Nizu ya no cambia.-El ratón bajó a las palmas de las manos que Ada tenía cruzadas encima de las piernas para luego mirar a Adler.-Me di cuenta el otro día, cuando... -supo que a él le podía contar- mi padre me dijo que debíamos esconder todo lo relativo a nuestra religión-añadió bajando cada vez más la voz, para no ser escuchada por nadie.-Dijo que no podíamos quemarlo y que lo esconderíamos lo mejor que pudiésemos y así lo hicimos. No he vuelto a pisar ese lugar pero... todavía me siento judia sabiendo que eso está escondido, como esperando un nuevo día.-Le miró y se sonrojó ligeramente.

-Lo siento, te aburro con mi charla. Hoy tu bolso está muy abultado, ¿dónde fuiste?-le preguntó.

Recargó su espalda en el respaldo de la banca hasta casi poder ver lo que había detrás, desasiendo el arco se incorporó mirando a Rire,
- La verdad a veces olvido que Rire está a un lado mío- bostezó ligeramente, Rire cerró sus ojos un poco avergonzada por la siempre honesta pero desinteresada actitud de Adler –Creo que es una ventaja que no cambien- sonrió mirando a Nizu, si pudiera tocarlo lo hubiera hecho hace mucho… le agradaban los roedores-Así la gente no sabe qué tan nervioso, asustado o molesto estás… y no aprovecharían eso para su conveniencia… - estando ahora más tranquilo, Rire logró cambiar a su apariencia anterior y volar hasta posarse en la banca también, a un lado de su compañero.

El tema de la religión no era lo suyo, pero trató de no empezar una discusión entre lo que él creía y en lo que su amiga tenía fe,
-Caldox es un dictador que quiere tener razón en todo- su voz no era moderada – aunque esté lejos de tenerla, no lo reconocerá nunca- Rire con su pico estiró su ropa en forma de protesta, no podía darse la libertad de hablar así en la calle -…es la verdad- le dijo un poco bajo. Al escuchar su pregunta se encogió en hombros,
- Solo a la biblioteca y compre comida para mis mascotas… y mis plantas- miró a Nizu un segundo –ya sabes… mis serpientes y eso- sonrió.

(las serpientes comen pequeños ratoncillos y eso xD)

A los pocos minutos, Hikaru ya se encontraba lo suficientemente cerca para vislumbrar a dos de sus amigos.
-Detente, no quiero que me vean llegar así- Nikau de inmediato bajó la velocidad: él tampoco quería pasar por eso. La idea de que lo vieran cumplir la función de un equino siéndo él un feróz Puma no le agradaba demasiado. En cuanto Hikaru comenzó a caminar, el se volvió otra vez un tijereta y se posó sobre el hombro de la chica, disfrutando del aire libre.
-Hacía días que no salíamos...

Ella había escuchado atentamente a todo lo que él había dicho, asintiendo de tanto en tanto con la cabeza confirmando que ella también estaba de acuerdo con él. Cuando empezó a dar su opinión, su cabeza empezó a moverse como errante por el parque, temiendo ser descubiertos por un grupo de soldados malas pulgas y es que, desde que se había bautizado, vivía en un estado permanente de miedo y trataba de fijarse lo máximo que podía en los viejos cristianos para no cometer ningún error en su día a día normal y corriente.

Cuando le escuchó decir lo de las serpientes, protegió con sus manos a Nizu aunque este le miró desafiante y un tanto embravecido. De haber podido, se habría convertido en algo más grande pero ya no podía. Iba a añadir algo más cuando un chico alto, bronceado y con la cabeza llena de rastas acompañado de un coyote, apareció por ahí lo que hizo que Ada saltara prácticamente del banco yéndole a buscar.

-Adler, te presento a mi primo Mike. Mike, él es mi amigo Adler. -Hizo las presentaciones pertinentes.
-Buenas, Adler. Un gusto conocerte, en serio.-Le sonrió tendiéndole la mano para encajarla con el otro.

Otro bostezo se escapó mientras Rire volvía a usar su pico para llamarle la atención, aún sin una mala intención sus palabras tan libres lo metían en aprietos todo el tiempo. Miró a Mike levantando la cabeza ligeramente y parándose para extenderle su mano, Rire lo observó atentamente desde donde estaba pero su mirada se concentró en la tijereta y la chica que se acercaban,
-…a mí todavía me falta decidirlo- contestó de una manera sincera, pero sus ojos no pudieron evitar bajar para ver la coyote, de inmediato se puso de cuclillas para verla mejor –Es un…- se detuvo un poco acercándose de nuevo… peligrosamente cerca –Coyote…- nunca había visto uno a todo color. Su compañera bajó al piso convirtiéndose en un camaleón subiendo por la espalda hasta el hombro de Adler, eso pasaba cada que tenía interés por algo en particular, y seguramente seguiría pasando hasta que Rire tomara una sola forma –Es realmente bonita- sonrió, ahora toda su atención estaba en analizarla para no olvidar ningún detalle.

(Siento el retraso, estaba esperando a que posteara Hada u.u)

Mike sonrió y se agachó a su vez, arrodillándose en el suelo y abrazando a Irue y mirando a Adler.
-Si, expresa mi forma de ser al cien por cien, ella y yo nos compenetramos absolutamente y no me molestó en lo absoluto que dejara de cambiar de forma. Es más, me gustó el resultado.-Sonrió mirándole a los ojos, de forma sincera.

De mientras Ada había corrido a buscar a su amiga, para animarla a que se apresara y que corriera para reunirse con los dos chicos.
-Hola Hikaru-La saludó sonriente, aunque quizás la felicidad tardó en llegar a sus ojos opacados. -¿Cómo estás?

-¡Ada!- De inmediato, Hikaru abrazó a su amiga. Con todo lo que había estado pasando ultimamente, no había tenido mucho tiempo de juntarse con sus amigos.
-Bueno... estoy... lo mejor que se puede estar en días como estos. ¿Qué hay de tí?

Nikau, en cuanto las chicas se abrazaron, se volvió aquel cachorrito de zorro que solía ser cuando Hikaru sentía emociones que romentaban a recuerdos.

(no había tenido internet... lo siento S: )

Se levantó aun mirando al Daimon de Mike y sacando su cuaderno, escribió un pequeño recordatorio para después “Coyote” lo subrayó dos veces y luego esperando que no hubiera llamado la atención de Mike, lo guardó y miró a Rire mientras millones de imágenes e información sobre animales pasaba por su mente,
- he de confesar que… no sé porqué hay tantas expectativas hacia los daimon- Rire cambió de nuevo, otra vez era una águila, y son sus pequeñas garras se sostenía del hombro de su compañero. Dentro de la cabeza de Adler los Daimons no ocupaban mucho lugar y menos, la razón del porqué estaban ahí,
- Lo único que me preocupa de Rire es si se quedara con una forma poco practica… como un… oso o una jirafa- Rire le llamó la atención estirando un pequeño mechón de cabello pero Adler solo la trató de ignorar, no tenía problema en ser transparente.

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Ciel bajó de su bicicleta, sin apuro mientras Galia dormía plácidamente en su cabeza, protegida por el sombrero del sol y la brisa. Su salida se había marcado exitosamente en la Bitácora junto con todo lo que tenía que hacer. Así que la tarde era suya, y no podía perder mucho tiempo, no tenía clientes para el día siguiente que era su descanso, y necesitaba Jardines o lugares para limpiar… más bien, necesitaba el dinero. La universidad le absorbía su tiempo y su dinero, así que no podía descansar, tomó algunos volantes para repartir y se encaminó dejando su bicicleta bajo un árbol.

Sonriente, se incorporó y le puso su mano en el corazón.

-Debes confiar en tu Daimon. Y lo que tengas aquí dentro, será. -Comentó.-Siempre es un momento dificil cuando se estancan pero, créeme que hasta el daimon más diminuto o el más grande, serán la viva representación de tu personalidad, Adler.-Comentó.

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Se había asustado cuando ella la había llamado por su nombre judio pero enseguida se relajó al ver que el grito no había llegado a todos los oidos.
-Primero de todo, me llamo Alba. Segundo, te extrañé.-Volvió a abrazarla fuertemente y finalmente miró hacía donde estaban los dos chicos mientras Niku miraba a Nikau desde el hombro de su egea.

Al estar siempre solo con Rire, no estaba acostumbrado a que alguien se acercara tanto y menos si era un desconocido, su corazón dio un pequeño golpe hacia afuera pero trató de tranquilizarse,
- Claro…- estaba de acuerdo- y nadie se dio cuenta que el daimon de Caldox era un cuervo- no pudo evitar decirlo Rire se quedó paralizada un momento pero ya era tarde para callarlo, lo había dicho muy claro – ya sabes lo que dicen… cría cuervos…- esta vez Rire si hizo algo, picó ligeramente su oreja esperando interrumpirlo, Adler se quejó bajo pero terminó por callarse.

Suspiró y miró a las dos chicas, sobretodo a su prima.

-Mira, he estado 10 años fuera de Lemania y justo regresé el día de las elecciones. Yo, como Alba debo esconderme pero, de eso os hablaré en otro lugar menos concurrido, no quiero que os pase nada. Yo también estoy indignado aunque provenga de familia cristiana de alta gama. -Contestó.-Cuando las chicas se acerquen, iremos a un lugar mucho más privado y podrás desfogarte. Por el momento, será mejor que guardes tus opiniones para tí mismo.