A pesar de estar acostumbrado a usar el tranvía para cruzar la ciudad, solo el ver la gente amontonada le hacía pensar dos veces,
- Quizá caminando lleguemos más pronto…- quiso pensar Adler, pero sabía lo que diría su daimon,
- El Parque Sakura está del otro lado de la ciudad…- el chico la miró con una cara que parecía reflejar lo obvio,
- pero mira toda esa gente, ni siquiera estoy seguro de poder penetrar esa barrera de personas- caminaba despacio observando con cuidado, esos días era muy difícil encontrar un lugar tranquilo, ya que las personas andaban de un lugar a otro,
- quizá si compraras una bicicleta sería mejor- Adler apuró el paso y las alas de Rire se abrieron ligeramente,
- en pocos días no habrá tanta gente- era un poco frio admitirlo –la gente se irá por culpa de Caldox- el nombre solo pudo susurrarlo mientras miraba a la ave tomar vuelo cerca a él, la cara de Rire demostraba la frustración que sentía el chico.
========================================================================================================================================Montado en la bicicleta llegó apenas a tiempo, bajando casi mas apurado de lo que le hubiera gustado demostrar,
- Ciel…- escucho la voz débil de Galia,
- ¿Qué ocurre?- le preguntó algo preocupado, solía ser la mas fuerte de los dos,
- no quiero entrar- corrió desde su hombro a su mano mientras él la extendía para que no se cayera,
-ya hablamos de esto…- susurró esperaba no llamar la atención de la gente que estaba ahí amontonada esperando su turno – no puedo dejarte aquí, me vería raro sin mi daimon- trato de convencerla de algo que incluso él no deseaba hacer. Acomodaba sus cosas a un lado del edificio ya que no pensaba tardar,
- pero… es que…- la roedora se ovilló,
- Galia por favor, te necesito mas que nunca… no me hagas esto- le sobó el lomo esperando que saliera de su encierro imaginario –te prometo que entraré, saldré y todo será igual, nada va a cambiar, solo que estaremos tranquilos en la ciudad-
- ¿prometes no negar a nuestra diosa?- asomó su cabeza, el chico ya había entrado, por suerte había hablado días antes y le habían dado el permiso de entrar a esa hora, pero había también poca gente más, sus rostros no le extrañaban. Pasó por donde una chica y el que seguro era su padre ignorando los signos de aquella religión,
- lo bueno de ser Nordum, es que no puedes negar la tierra donde estas parado- esperó no decirlo tan fuerte, Galia empezó a subir a su hombro de nuevo, satisfecha con la respuesta.
- Spoiler:
(Andrea, me refería a tu personaje, Atai y su padre)