Ella estaba arruinada,
La copa de ron se escurría de entre sus dedos por última vez,
Rezaba plegarias a un dios inexistente al que le juró lealtad eterna,
Ahora regresa a su mundo con una botella y un vestido azul.
Los zapatos negros taconean el suelo,
Las estrellas iluminan la habitación,
Él no vuelve.
La pulsera brilla con el velador iluminándolo,
El rimmel desliza su tinte por las mejillas de ella,
Respira,
Él volverá.
Nunca más una mentira escuchará,
Sus labios rojo carmesí estan secos,
Ella lo espera, para siempre,
Él no volverá.
La copa de ron se escurría de entre sus dedos por última vez,
Rezaba plegarias a un dios inexistente al que le juró lealtad eterna,
Ahora regresa a su mundo con una botella y un vestido azul.
Los zapatos negros taconean el suelo,
Las estrellas iluminan la habitación,
Él no vuelve.
La pulsera brilla con el velador iluminándolo,
El rimmel desliza su tinte por las mejillas de ella,
Respira,
Él volverá.
Nunca más una mentira escuchará,
Sus labios rojo carmesí estan secos,
Ella lo espera, para siempre,
Él no volverá.